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La historia de los rescatistas que pensaban que rescataban un perro pero no lo era

Los animales son, sin duda alguna, uno de los seres vivos más importantes para las personas hoy en día. Se han realizado entonces varias organizaciones que tienen como objetivo de vida ayudar a los animales en situaciones de calle.

Hope For Paws es, precisamente, una organización que no tiene objetivo ninguna remuneración económica. Sino nada más que trabajar con el ideal de rescatar a los animales que se encuentran en situación de calle o han sido abusados de alguna manera.

Residida en Los Ángeles, se encargan de cuidar de los animales hasta que estén lo suficiente sanos para ser ubicados en un hogar permanente. Sin embargo, es el rescate de Julia lo que ha llamado la atención del público.

 

Lo encuentran en mal estado pensando que era un perro

 A Hope For Paws llegó una llamada de alerta y la foto de una perra que caminaba en las calles en un estado deplorable. La organización se puso manos a la obra y se dirigió al lugar del que se hablaba.

Luego de buscar en el vecindario por un tiempo encontraron a la perra a punto de entrar en una casa. Pronto descubrieron que su estado físico era terrible y que estaba en condiciones muy malas. Y no solo era eso, sino que Julia todavía mantenía un cordón alrededor del cuello, por lo que especularon que alguien debía de haberla mantenido, no solo amarrada sino en constante maltrato.

El estado la perrita era tan terrible que tenía la piel pegada a los huesos. Y se sabía que su piel estaba tan mal en todo el cuerpo. Sin embargo, todo esto todavía era difícil de discernir debido a la cantidad de mugre que tenía por el cuerpo.

Luego descubren que NO ERA UN PERRO, era un híbrido de lobo (hijo de un lobo gris y un perro)

La organización expresó por internet, dentro de la plataforma de Facebook, que era bastante probable que hubieran adoptado a un híbrido de lobo, por lo que significa que es el resultado de un apareamiento de un lobo gris y un perro. Eso no les impidió de ninguna manera llevarse a la perrita, darle de comer y ponerle una correa para poder llevarla a un lugar donde fuera evaluada.

En la clínica veterinaria se notó a Julia alterada y adolorida debido a la inflamación que presentaba en el lomo y en sus patas. En el proceso de lavado, comenzó a sangrar de inmediato debido a las llagas. Todo el proceso de desvelar la verdad detrás de toda la mugre y el pelaje provocó cierta sorpresa y angustia de parte de quienes la habían llevado hasta allí, incapaces de creer la condición en la que se encontraba.

Una vez que la experiencia traumática y dolorosa se terminó, se recostó sobre el brazo de su rescatista, aliviada. La revisaron antes de la cena y la dejaron dormir y por fin comenzó a sanar.

Al inicio no parecía dispuesta a ceder y evitaba comer, por lo que sus rescatista volvieron para proporcionarle comida sabrosa. De este modo, gran parte de sus principios en el refugio, Julia estuvo comiendo y recuperándose.

No tenia buen animo al comienzo y solía mostrar afecto solo acariciando su cabeza con el regazo de su rescatista. Pero poco a poco se ha ido adaptando y en las fotos que se han subido a las redes parece disfrutar de los merecidos descansos que antes no era capaz de vivir.

Su recuperación fue lenta pero poco a poco mejoró censurablemente

Al final del día, Julia terminó por encontrar un alivio de las crudas calles y halló en los brazos de sus rescatista el calor que le había hecho falta. Hoy en día es más cariñosa y ha sabido ser feliz luego de todas las tribulaciones e impedimentos que pudo haber sufrido a lo largo de su vida.