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Una chica de solo 22 años se realizó una intervención para no quedar embarazada y cuenta sus razones

Desde hace tiempo, la sociedad ha impuesto el mandato de la maternidad como algo obligatorio para las mujeres, asociando la realización personal con la crianza de hijos. Sin embargo, algunas mujeres, como Ailín Cubelo Naval, desafían este mandato y eligen un camino diferente.

A los 22 años, después de enfrentar la negativa de un ginecólogo en dos ocasiones, Ailín decidió cambiar de profesional de la salud y finalmente logró ligarse las trompas.

Explorando la decisión de Ailín: Una reflexión desde la infancia hasta la juventud

Ailín comparte que desde una edad temprana, las expectativas sobre la maternidad la rodeaban. Preguntas como «¿qué nombre le vas a poner a tus hijos?» o «¿a qué edad querés ser mamá?» eran comunes desde la infancia.

A medida que creció, se dio cuenta de que las presiones sociales y culturales la empujaban hacia la maternidad, pero sus verdaderos deseos eran distintos.

En la secundaria, Ailín tomó la decisión consciente de que no quería tener hijos. Su razonamiento se profundizó con el tiempo, cuestionando la responsabilidad de traer más personas al mundo en las condiciones actuales y los miedos asociados con la crianza en la sociedad actual.

Enfrentando obstáculos y luchando por sus derechos

La historia de Ailín revela los desafíos que muchas mujeres enfrentan al buscar opciones anticonceptivas permanentes, como la ligadura de trompas. A pesar de que la ley argentina garantiza este derecho desde 2006, Ailín se encontró con obstáculos, desde pericias psicológicas ilegales hasta la resistencia de algunos profesionales de la salud.

A través de su búsqueda de información, Ailín descubrió grupos en redes sociales, como «Ligadura de trompas-Argentina», donde más de 1,200 mujeres comparten sus experiencias. Esto la llevó a descubrir que la negativa de algunos profesionales no tiene fundamentos legales y a encontrar el apoyo necesario.

El camino hacia la decisión final y la realización de un derecho

En abril de 2019, Ailín, con 21 años, enfrentó la resistencia de un ginecólogo que la consideró «muy chica» para tomar esa decisión.

Después de superar diversas excusas y prejuicios, finalmente, a principios de este año, Ailín logró realizarse la ligadura de trompas con el respaldo de un profesional que respetó su elección.

Rompiendo estereotipos y viviendo la vida según sus propias reglas

La historia de Ailín es un testimonio valiente de una mujer que desafió los estereotipos y luchó por el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y su vida. Su mensaje es claro: no juzgar a quienes eligen la maternidad, pero también demandar el respeto para quienes optan por no ser madres.

Ailín y muchas otras mujeres no quieren ser consideradas «bichos raros», simplemente desean vivir sus vidas de acuerdo con sus propios deseos y elecciones. La maternidad no debería ser una imposición social, sino una elección consciente y respetada.