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La historia de un padre que se convierte en taxista para encontrar a su hija perdida.

Desde pequeños nos emocionan las historias con finales felices y esta historia no se queda atrás.

La historia que te contamos a continuación nos hace sentir que cuando a uno lo guía el amor todo es posible y no hay tiempo ni desalientos que impidan seguir creyendo. Querer es poder y a pesar de que la vida nos ponga obstáculos uno se arremanga y sale de ellos.

Este relato no es de un cuento de hadas romántico pero si involucra muchísimo amor. Ese amor que siempre nos contaron que mueve montañas esta vez movió cualquier idea de fracaso o desánimo. Cuando el objetivo esta claro y la energía para llegar a él es el corazón no hay nada que impida lograrlo.

Disfruta de un final mas que feliz entre un padre y una hija que el la vida separo pero el tiempo y la fortaleza volvió a unir.

Un padre que fue taxista para reencontrarse con su hija perdida

Esta historia comenzó en Chengdu en el año 1994. Comienza como un dia igual a otro, un padre Wang Mingqing sale con su hija de 3 años por las calles del barrio a vender frutas en su carro. Las calles de Chengdu suelen estar atestadas de gente que va a trabajar y que comercia, ya sabemos que China es un país con alto índice de población.

Esa mañana se alejo del carro para buscar cambio y en un descuido su hija Qifeng desapareció. Un segundo y ya no la podía encontrar pese a los esfuerzos de toda la gente de alrededor para buscarla.

No se quedo quieto y durante años él y su esposa la buscaron sin descanso. Fueron a la policía, dejaron carteles con su foto, visitaron albergues, pero pese a todo ese esfuerzo la niña siguió sin aparecer.

Luego de varios años Wang se le ocurrió una idea, convertirse en taxista así le daría acceso a conocer a muchísima gente más. Coloco una foto en la parte trasera de su hija mayor, ya que supuso que su niña debería tener un gran parecido en la actualidad. Y comenzó a compartirle a sus clientes la historia de su búsqueda con la esperanza que ellos la comenten a otros y crear una red muchísimo mayor de búsqueda. El boca a boca siempre a sido una forma de comunicar muy efectiva y de gran llegada.

Esta historia llego a oídos de un artista que se ofreció a hacer un dibujo con la cara de Qifeng actual. Los pasajeros enseguida viralizaron las fotos en todas las redes sociales hasta que llegó a una chica de 27 años de edad llamada Kan Ying. Ella estaba muy sorprendida con el parecido que tenía a la imagen y en un segundo contacto con la policía para conocer el caso.

Ella conto que cuando era muy niña la encontraron al costado de la ruta a 20 km de Chengdu. Ella fue dada en adopción a una familia del pueblo que la crio todos estos años con mucho cariño. Al ser tan pequeña no recordaba la cara de sus padres y vivió su vida con su familia adoptiva muy feliz.

A comienzos de este año por fin se comunico con su padre biológico y les llamo la atención ciertas características que compartían, como una cicatriz y el sentir nauseas cuando lloraban. Asombradísimos como es la genética y la unión con los padres a pesar de haber crecidos separados desde tan pequeña.

El 16 de marzo se confirmo el resultado de ADN y el diagnostico fue positivo. Sin dudarlo Qifeng viajo a reencontrarse con sus padres luego de 24 años de separación. Sin duda es un ejemplo de la unión que tenemos con nuestros padres y que ese lazo invisible hace capaz que se materialicen este tipo de milagros.

 Comparte esta historia que llena el alma. Los cuentos reales con final feliz bien se merecen ser contados ya que estimulan el corazón y nos pone una sonrisa en la cara.