
No existe una mejor manera de dejar huella en el mundo que procurando ser una excelente persona. En este caso, son nuestros hijos quienes pueden pasar a ser mejor persona de lo que ya son.
Para poder conseguir esto, precisan de un mentor, una especie de guía que les permita aprender de manera culta y que les precise algún tipo de control. Se debe de realizar cambios con respecto a la educación de los hijos y buscar enseñanzas para que sean magníficos hombres y mujeres en un futuro.
Cambiando uno mismo
El paso más arduo para que los hijos pasen a ser excelentes personas para la sociedad: Emplear el cambio en uno. Los padres tienen que ser la mejor figura que sirva de ejemplo.
No se puede esperar mucho de una persona que agrede tanto física y verbalmente a su hijo, esperando que el mismo reaccione correctamente. Puede que en un momento obedezca, sin embargo va a crecer lleno de resentimiento y dolor.
Por lo que la mejor respuesta para los comportamientos negativos termina siendo con correcciones apropiadas. Dando paso a la comunicación a grandes rasgos seguido de respeto.
Cuidando, regando la planta que crece
Así como muchos padres ven en los hijos un potencial ingeniero, doctor, abogado, también hay que verlos como plantas. No en el mal sentido, sino en el sentido del crecimiento.
Pues si la misma se le nutre con los valores necesarios, va a tener los frutos más dulces en su desarrollo. Buscando que su resolución sea la de mayor potencial posible.
Por lo que este mundo se encuentra carente de personas que poseen una esencia recta, mentalidad honesta y que entreguen solvencias en lugar de causar más problemas.
Es en este escenario donde entran los hijos, inclusive hasta los mismos sobrinos. Lo único que van a necesitar como tal es una guía que les ayude a accionar de forma propia y coherente.
Sirviendo a otros con sus acciones
Cabe destacar que los niños tienden a copiar las conductas que ejercen los adultos. Si estos notan un accionar o una actitud afable, servicial y amable van a pasar a ejecutar la misma sin chistar.
La mejor de las motivaciones que existen en los niños es la demostración de felicidad propia. Por lo que tal vez no se llegue a controlar o satisfacer con creces la felicidad de ellos, sin embargo si se puede enseñar a tener una clara satisfacción cuando la felicidad es totalmente de nosotros.
Así mismo, la observación es fundamental. Los padres deben de prestar atención a sus intereses, no solo a lo que les llame la atención, sino a motivarlos para que mejoren y ayuden a otros.
Importancia de los vínculos de padres con sus hijos
El aspecto más fundamental en la vida de todo hijo es sentirse amado. A esto también se le deviene una gran cantidad de otros valores como lo es el respeto, seguridad, comprensión y reconocimiento.
Cuando el niño percibe todos estos elementos conjugándose, también va a tener la seguridad y afección para lo que le rodea. Es por ello que a todo pequeño, sus padres le deben inculcar el valor del amor, la educación y el cuidado.
Impartiendo deberes desde temprana edad
Las enseñanzas en casa nunca acaban. Es por esto que se tiene que buscar efusivamente una manera para facilitar la sana convivencia en el hogar. La mejor manera de entregar lecciones valiosas es por medio de los deberes que él mismo ha de cumplir.
Ya que cuando el hijo se excusa de las obligaciones, responsabilidades, entre otros pasa a adquirir conductas negativas. Algunos padres tienen la costumbre nociva de recompensar a sus hijos cada vez que este cumple con una obligación.
Sin embargo, esto no hace más que descuidar y desmotivar la razón de responsabilidad. Creando en ellos un patrón consciente de compensación cada vez que ejecute alguna tarea en el hogar.
Para comenzar, se puede enseñar por medio de pequeñas responsabilidades que con el paso del tiempo se acrecientan. El núcleo que compone esta idea es la sana convivencia en familia, donde todos tienen responsabilidades y deberes que atender.

Mi mayor pasión es poder escribir sobre todos los conocimientos que tengo.