
Esta mágica época del año es cuando las plantas comienzan a despertar y se ven en su máxima plenitud. Observando día a día comienzas a notar que algunas plantas tienen los bordes marrones y secos, a mí me ha pasado también. A no alarmarse, suele ser más común de lo que crees y la solución es fácil sin necesidad de ser un experto para curarlas.
Lo primero que debes saber es que éstos síntomas son causa de una planta estresada, al igual que nosotros y los animales ellas también sufren de estrés. Las razones en este caso no es la locura de la vida diaria con los ruidos y velocidad turbo en la que nos movemos, en el mundo vegetal está más relacionado con el agua, la luz o las raíces apretadas.
Hoy vamos a aprender diferentes soluciones para este problema, no dejes pasar mucho tiempo en esta condición ya que comenzará a marchitarse de las hojas al tallo y perderá su tono saludable hasta perecer. Con estos trucos volverás a ver reverdecer sus hojas y saldrán nuevos brotes hasta verse totalmente recuperada.
1- Exceso de riego
Aunque el agua sea muy buena para nuestras plantas, hacerlo por demás no les gusta para nada. Las raíces encharcadas son el inicio de la putrefacción. En caso de que esto ocurra y no se solucione dejando de regar, debes sacar todo el pan de tierra de tu planta y envolverlo con papel hasta que seque. Cuando vuelvas a colocarlo, recuerda poner en el fondo piedras para facilitar su drenaje y así evitar que vuelva a ocurrir.
2- Planta seca
Este es el caso inverso al anterior descrito. La falta de agua se notará enseguida porque verás sus hojas caídas y amarillentas. Las plantas pierden agua por sus hojas y la absorben por sus raíces, es como si sacaran líquido de abajo y en forma ascendente lo mandan al aire. La solución es regar cuanto antes y llevar a la sombra la planta, cubriendo con una bolsa para evitar que se siga evaporando agua por sus hojas.
3- Raíces apretadas
La forma de notarlo es mirar debajo de la maceta y observar si sus raíces salen por los agujeros de la misma, será una señal de que necesita un cambio cuanto antes. Primero corta las puntas secas dejando un borde para no herir la planta nuevamente. Elige una maceta grande y llena con tierra y compost, es importante volver a añadir nutrientes a tu tierra. Toma la planta con cuidado cuando estés realizando el trasplante y riega con agua tipo llovizna, los trasplantes deshidratan la planta así que no olvides este último paso.
4- Investiga las necesidades de tu planta
No todas las plantas necesitan lo mismo, algunas le gusta el sol, otras la media sombra, mucho riego, poco riego, tierra fértil, tierra pobre, como lees … sobre gustos colores. Te recomiendo que hagas una lista de las plantas de tu hogar y diagrames un cuadro sinóptico en donde anotes, riego, luminosidad, nutrientes, poda. Muchas veces solo un cambio de lugar es suficiente para que dejen de secarse tus hojas.
5- Cuidado con el sol
Mucho sol suele ser causa de hojas secas, sobre todo en pleno verano. Recuerda cuando vayas a regar hacerlo en el suelo y no en las hojas, el agua en ellas produce un efecto lupa multiplicando el calor y quemando sus bordes. Solo pulverizarás las hojas en caso de plantas tropicales.
6- Reposo del agua
Si no cuentas con la posibilidad de recolectar el agua de lluvia, debes dejar reposar 48 horas el agua del grifo. De esta manera se evaporará el cloro que suelen agregarle al agua potable y la cal de las aguas duras decantará. Notarás una gran diferencia con este truco, cada paso cuenta para que se vean mas bellas.

Apasionado de escribir sobre mis experiencias y conocimientos. Me defino como una persona aventurera, positiva y amante de la vida al aire libre.